La sociedad, al igual que muchos momentos en la vida tienen creencias y modelos de conducta referentes a qué hacer o cómo actuar en casos de una pérdida significativa, y en algunas culturas desarrolladas existen algunos pasos, pero no tienen suficiente difusión, por lo tanto, lo que más se conoce y práctica son las tradiciones o normas sociales encaminadas a ofrecer a las personas que tuvieron una pérdida, pero sin embargo, son acciones que en su mayoría no favorecen o ayudan a las personas que tienen un dolor.

Por otra parte, la mayoría de las personas tampoco conocen toda la gama de reacciones, aún cuando las reacciones sean las propias del caso, por no saber que lo son, las llegan a considerar anormales o críticas, y buscan alternativas para atenuarlas o desaparecerlas, con la intención retomar y reincorporarse plenamente a las actividades cotidianas lo más pronto posible, procurando dejar en el olvido la pérdida sucedida.

Actualmente, la mayoría de los estudios realizados coinciden en que el Duelo Anticipado es beneficioso, ya que es una respuesta adaptativa positiva porque facilita a las personas la posibilidad de “ensayar” el papel del duelo real y comenzar a trabajar con los profundos cambios que acompañan a la pérdida cuando esta ocurre.

Para cerrar, y es importante estar informados, que un duelo no es sinónimo de depresión, y que es sano vivirlo como lo sentimos. Es posible que en varios casos se llegue a una depresión, pero está en nosotros entender la vida, a través de la muerte, y saber que ella sigue. En caso de que sientas que ese sentimiento de depresión sea constante, por favor no dudes en buscar ayuda Humanista o Gestaltespecializada. Para ello te pregunto ¿ya sabes que pasa una vez que te mueres?